lunes, 24 de agosto de 2015

Fragmento de "El lado oscuro del corazón"

- No estás escribiendo 

- Estoy con mi tren, ¿te gusta? Lo acabo de comprar, tuve varios pero los fui perdiendo en las mudanzas


- ¿Y desde cuando no escribís nada?


- Estuve de viaje.


- Quizás ya no tengas nada que decir o quizás comenzaste a darte cuenta que soy la mujer más importante de tu vida, o quizás decidiste quedarte en silencio para que yo te dicte mis palabras


-¿Tus palabras? puede que sirvan para redactar un comunicado militar, pero ¿un poema?


-Me estás ocultando algo


-Siempre te voy a ocultar algo, lo sabes y creo que eso es lo que más te gusta[...]

pobrecita, sos tan aburrida, te compadezco 

 -Mira, aquí te marqué varios trabajos posibles.


- No necesito que me busques trabajo, estoy bien así, soy poeta.


- ¿Qué oficio es ser poeta? Donde dice aquí: Se busca poeta, buena remuneración, solo trato de que seas sensato, que dejes de ser un niño

-¿Para qué?


Los nervios se me adhieren

al barro, a las paredes,
abrazan los ramajes,
penetran en la tierra,
se esparcen por el aire,
hasta alcanzar el cielo.

El mármol, los caballos

tienen mis propias venas.
Cualquier dolor lastima
mi carne, mi esqueleto.
¡Las veces que me he muerto
al ver matar un toro!...

Si diviso una nube

debo emprender el vuelo.
Si una mujer se acuesta
yo me acuesto con ella.
Cuántas veces me he dicho:
¿Seré yo esa piedra?

Nunca sigo un cadáver

sin quedarme a su lado.
Cuando ponen un huevo,
yo también cacareo.
Basta que alguien me piense

para ser un recuerdo.





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