Nunca te enamores de un fotógrafo
Ellos desconocen el tiempo, solo existe el presente, y siempre lo quieren retratar, dejarlo en pequeños cuadros de imágenes eternas, tienen una percepción asombrosa y si no les gustan los colores o el paisaje cambian de posición y modifican la luz para que se vea distinto, no son de muchas palabras, son de imágenes, que aunque parece obvio no siempre resulta así. ellos hacen poesía con el foco de su cámara, aquel artilugio que cuelga siempre de su cuello, son inquietos, buscan tener el mayor espacio posible y sólo cuando ellos deciden estar cerca de ti espontáneamente sonríen abrazándote y lanzando un flash que los descubre inertes ante el mundo.
Hay de distintas clases: los nostálgicos, los serios, surrealistas e hiperrealistas; a veces es la misma persona que dependiendo el día cambia de faceta para fotografiar su entorno.
Convierten su realidad en ficción y viceversa, y cuando crees haberlos entendido cambian de rollo y comienzan de nuevo. ¿Yo que rayos sé sobre encuadres y filtros? a mí me parece bien lo que observo y ellos siempre encuentran el punto de desenfoque, me desespera, a cada cuatro pasos ellos se detienen apuntando con su reliquia cuánta cosa les parezca curiosa, que es casi todo lo que se mueve o lo que permanece estático. no prestan mucha atención a tus palabras, pero de vez en cuando te devuelven la sonrisa, de vez en cuando sus ojos parecen mirarte sin necesidad de levantar del cuello su correa ni apretar ningún botón, y sólo a veces cuando parecen estar satisfechos con su trabajo regresan de las nubes maravillados a brindarte toda la atención para que tú también puedas observar lo mismo que ellos.
Entonces bajan la guardia y ahí debes ser valiente, debes tomarlos suavemente por la cara de perfil como haciéndoles creer que también has descubierto la tonalidad del sol o la luna entre su rostro, aproximarte con cualquier pretexto y besar sus mejillas, sus labios; entonces, solo cuando cierran los ojos habrás conquistado momentáneamente a un fotógrafo y mientras te deslizas sobre él o ella lo más común es que escuches el ruido de un clic y sientas el parpadeo instantáneo de su cámara perpetuando la escena.
Edward Kricchoff
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